lunes, 30 de diciembre de 2013

ESTE AFRICANO




Se designa a menudo con la denominación de ‘Este Africano’ al conjunto de Kenia, Uganda y Tanzania (que engloba a su vez la isla de Zanzíbar).

Como se verá al final de la entrada, tal denominación conjunta es muy adecuada desde el punto de vista filatélico.

KENIA


La colonia de Kenia no utilizó sellos con esa denominación específica. Hasta 1922 empleó los del África Oriental Británica (ver entrada ‘África colonial’) y los de Uganda.

Kenia- Uganda. En 1922- 27 se emitió una serie con esta denominación.


Kenia- Uganda- Tanganica. Estos sellos de triple denominación fueron emitidos y utilizados entre 1935 y 1963.


Capital: Nairobi
Forma de gobierno: República presidencialista
Fecha de independencia (del Reino Unido): 12 de diciembre de 1963
Superficie: 582.650 Km2 (48º)
Población: 44.037.656 hab (32º)    Densidad: 75,6 hab/Km2
PIB/cápita: 1.800 $ (198º)
Miembro de: Commonwealth, UA

Corría el año 1498 cuando arribó a Mombasa Vasco da Gama, el primer europeo de quien se tiene noticia  que haya pisado Kenia, y que reivindicó el territorio en nombre del rey de Portugal.

Kenia era y sigue siendo un país muy hermoso, con abundante agua, sabanas y selvas. Algunos de los más bellos parques naturales se hallan en su territorio, que posee gran cantidad y variedad de animales salvajes: leones, jirafas, elefantes, numerosas especies de antílopes, etc.

Los portugueses sembraron el país de misiones y fortalezas, pero tropezaron con la poca disposición de los indígenas a tolerar la dominación extranjera. En 1593 construyeron nuevas fortificaciones, entre ella el Fuerte Jesús, que dominaba Mombasa, pero, cien años después, el sultán de Omán conquistaba la fortaleza e imponía su dominación sobre esa costa, importante lugar de escala en el comercio de esclavos.

La llegada de exploradores alemanes en 1884 movió a Gran Bretaña, interesada ya en esa parte de África, a enviar navíos de guerra. El paso siguiente fue empezar la penetración, que se hizo definitiva en 1895 con la imposición de un protectorado.

A diferencia de los portugueses y de los omaníes, los británicos exploraron y se propusieron dominar todo el territorio y no sólo la franja costera, iniciando una colonización racional, que fue atrayendo a bastantes colonos, y que tuvo como efecto negativo el confinamiento en reservas de las tribus más importantes: kikuyus, kambas y masais. Esto hizo crecer el descontento y el sentimiento de rebeldía; en 1922 estalló una sublevación que fue ahogada en sangre.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1952, el ala extremista del KAU (Kenya African Union), representada por el grupo tribal de los Mau-Mau, inició una violenta guerra de guerrillas que produjo notable pavor entre los colonos. Las autoridades calificaron el hecho de terrorismo vulgar y emprendieron una cruel represión, pero acabaron reconociendo que no había otra salida que sacar de la cárcel al dirigente Jomo Kenyatta y dialogar con él.

Así se llego a la independencia, bajo la consabida forma de ‘Dominio’ en 1963.


Un año más tarde, en 1964, se proclamó la República con Jomo Kenyatta, considerado ‘padre de la patria’, como Presidente. Permanecería en el cargo hasta su muerte en 1978.

Kenia se halla en la costa africana oriental, al S de Somalia y N de Tanzania. Su línea de costa mide 536 Km.

Se distinguen en el país cuatro zonas: la meseta central, dividida por el valle del Rift, que la atraviesa de N a S; la meseta occidental, donde se encuentran  la orilla del lago Victoria y los principales Parques Nacionales; el cinturón litoral, con numerosos manglares; la zona semidesértica del NE.

El monte Kenia (5.199 m), que da nombre a la nación, está situado en el centro, al N de Nairobi, siendo la segunda cumbre de África, tras el Kilimanjaro. Éste último se halla parcialmente en Kenia, pero su cumbre principal corresponde a Tanzania. De entre los numerosos lagos destacan el Victoria (compartido con otros países) y el Turkana (antes llamado Rodolfo).

El clima predominante es el tropical, dominado por los monzones y también por los alisios, independientemente de la gradación térmica de las zonas montañosas.

De la gran selva ecuatorial sólo quedan restos aislados. Además, la selva primitiva ha sido sustituida por otra secundaria de menor altura, invadida por matorrales, lianas y epifitas, que la hacen impenetrable. Por el contrario, en las zonas montañosas se halla la acostumbrada vegetación en zonas de altitud, hasta llegar a las cumbres con nieve y hielo, donde viven únicamente musgos y líquenes.

Pero las formaciones vegetales más difundidas son las sabanas y estepas que cubren la mayor parte de mesetas y llanuras. Cuando las precipitaciones superan los 1000 mm aparecen las llamadas sabanas-parque, con intensa vida animal. Con pluviosidad inferior tendremos la sabana arbolada, con árboles diseminados (baobabs y acacias), que aún constituyen un hábitat adecuado para animales carnívoros, pero también para la ganadería. 

Con lluvias aún menores aparecerán la estepa y el bosque de matorrales, hasta llegar a la zona semidesértica, con algunas acacias y matorrales espinosos.

Bajo Jomo Kenyatta, y contra lo que se había temido, el país parecía un oasis de estabilidad, sin radicalismos y abierto al diálogo. Por ello, y con base en sus bellezas naturales y parques nacionales, se convirtió en una de las metas turísticas importantes de África.

En 1978, las elecciones fueron pacíficas, pero Kenia era de hecho un estado unipartidista liderado por el partido KANU, y, a pesar de una liberalización permitida en 1991, las tensiones fueron aumentando y la vida política haciéndose progresivamente más violenta, con el telón de fondo de grupos estructurados con frecuencia sobre bases tribales.

Aun restaurado oficialmente el pluripartidismo, hubo que esperar a las elecciones de 2002 para que el candidato de la oposición Mwai Kibaki acabara con los casi 40 años de gobierno del KANU. En cualquier caso, la corrupción siguió, y la violencia política llegó a su ápice con la reelección de Kibaki en 2007.

Tras dos meses de disturbios y 1.500 muertos, se llegó, por mediación de la Secretaría General de la ONU, a un acuerdo que significaba una nueva constitución, aprobada por referéndum, la cual introducía frenos y contrapesos al ejecutivo.

En 2013 Uhuru Kenyatta, hijo del ‘padre de la patria’ ha ganado las elecciones por estrecho margen, pero sin violencias.

Las fracturas internas no son el único problema. A él se añade la vecindad de Somalia, país en cuya parte meridional son fuertes las milicias islamistas radicales de Al Shabab, filial de Al Qaeda, con incursiones en Kenia que suponen raptos y matanzas de turistas y trabajadores, y eso sin contar los infiltrados entre los más de 200.000 refugiados somalíes. En fecha reciente, el pasado 14 de diciembre, se ha producido el último atentado suicida con granadas contra un autobús urbano: al menos 4 muertos; este mismo mes y en el mismo barrio de Nairobi, el ataque a un centro comercial supuso 67.

Ya en 2011 las tropas kenianas hubieron de intervenir, a petición de la comunidad internacional, en Somalia, y todavía hoy están fuertemente integradas (18.000 hombres) en las fuerzas de la Unión Africana que sostienen al gobierno somalí respaldado por la ONU.

Otros retos son el alto desempleo, el nivel de delincuencia y la pobreza (bajo la línea se halla un 50%de la población). 

Añádanse las sequías que ponen con frecuencia en situación de riesgo a millones de personas. Con todo lo antedicho, no es de extrañar que los aficionados a los safaris tiendan a marcharse a otros países africanos menos bellos, pero más seguros.

La economía se ve obstaculizada por la corrupción y por descansar en bienes del sector primario cuyos precios han permanecido bajos.

La posición, que mantuvo largo tiempo, de principal economía del África Oriental está amenazada por las escasas inversiones en infraestructura. Las instituciones financieras y donantes internacionales se han retraído ante la situación del país. Los déficits presupuestarios son crónicos, y la divisa se deprecia, con la consecuencia del alto coste de la importación de alimentos y otros bienes.

El descubrimiento de petróleo en marzo de 2012 ofrece una oportunidad, a condición de que las bolsas resulten viables comercialmente y de que Kenia sea capaz de construir puertos y oleoductos adecuados.

Entre tanto, las principales mercancías exportadas son té, productos hortícolas, café y pesca.

Las etnias kenianas suponen el 84% de la población (de entre ellas, un 22% de kikuyus); otros africanos, 15%; asiáticos, europeos y árabes, 1%. Son lenguas oficiales el inglés y el swahili, existiendo muchas otras lenguas indígenas.

Los católicos constituyen el 23,3%; otros cristianos, 59,2%; musulmanes, 11,1%

La población urbana es sólo el 24%. La media de edad, 18,9 años, lo que supone, juntamente con una tasa de fertilidad de 3,76 hijos/mujer, un crecimiento anual del 2,27%.

La esperanza de vida es 63,3 años, y la tasa de enfermos de SIDA, 6,3% (11ª del mundo). La alfabetización es del 87,4%.


UGANDA


Capital: Kampala
Forma de gobierno: República presidencialista
Fecha de independencia (del Reino Unido): 9 de octubre de 1962
Superficie: 236.040 Km2 (81º)
Población: 34.758.809 hab (37%)    Densidad: 147 hab/Km2
PIB/cápita: 1.400 $ (205º)
Miembro de: Commonwealth, UA

En el territorio de la actual Uganda existían el reino de Buganda, gobernado por un  kabaka o rey, y otros tres pequeños reinos periféricos, cuando en 1862 el explorador británico John Speke, se entrevistó con Mutesa, rey de Buganda, y obtuvo de él permiso para continuar su exploración.

Sus entusiastas relatos atrajeron la atención, entre otros, de las autoridades religiosas europeas. Una sociedad inglesa (protestante) envió sus misioneros; poco después hizo lo propio una orden religiosa francesa. Hubo conversos por una y otra parte, y los conflictos entre ellos se añadieron a los tribales que ya existían.

A la muerte de Mutesa, su hijo y sucesor trató de frenar la penetración europea, persiguiendo a los misioneros. En seguida los ingleses lo obligaron a abdicar en su hijo, un niño, y adquirieron bajo la forma de protectorado el territorio de los cuatro reinos, quedando así fijados los límites de Uganda. Corría el año de 1894.

A diferencia de lo ocurrido en otros territorios africanos, Uganda no se convirtió en el reino de los latifundistas coloniales británicos. Sin embargo, se introdujeron nuevos cultivos; primero el algodón, al que siguieron la caña de azúcar, el tabaco, el cacao y el café, hasta hacer de Uganda una especie de paraíso.

Dotado de un clima suave, gracias a ocupar una meseta con una altitud media de 1.200 m, y de agua abundante, el país se enriquecía con rapidez. A lo largo de la primera mitad del siglo XX, en la ‘perla del continente negro’, como la llamó Winston Churchill, surgían nuevos centros, crecían las ciudades, se creaban escuelas donde se formaba la clase dirigente indígena. En 1955 el gobierno británico otorgó una cierta autonomía; después, en 1962, llegó la independencia.

Sin embargo, los conflictos, dictaduras y agitaciones que ha sufrido Uganda desde entonces la han conducido a una situación caótica; tardará algunos años en volver a ser la meta de miles de turistas atraídos por su paisaje, por sus lagos donde nace el Nilo entre maravillosas cascadas, por el macizo del Ruwenzori, por sus verdes praderas y por su riquísima fauna salvaje.

En 1966 el primer ministro, Milton Obote, derogó la Constitución y se proclamó Presidente, comenzando una era de golpes y contragolpes que durarían hasta mediados de los 80, dejando rastros hasta nuestros días.

En 1971 se hizo con el poder Idi Amin Dadá, nacido en 1925, procedente de un regimiento colonial británico y convertido en jefe del ejército antes de su golpe, tras el cual se ascendió a sí mismo a mariscal de campo.

El gobierno de Amin se caracterizó por la violación flagrante de los derechos humanos, la represión política, la persecución étnica (expulsión en masa de la minoría indostaní), los asesinatos, la corrupción, el nepotismo y, además, la mala gestión económica. Se estima que unas 300.000 personas perdieron la vida. Pasó de la lealtad a Occidente con apoyo de Israel al respaldo posterior de la Libia de Al Gadafi, la URSS y Alemania Oriental.

Saltó a las primeras páginas de la prensa por sus frecuentes extravagancias y bufonadas, si bien diversos observadores consideran que eran, al menos en parte, una táctica deliberada para atraer sobre ellas la atención internacional, desviándola de otros aspectos más siniestros y truculentos.

Su intento de anexionarse la región tanzana de Kagera dio lugar a la intervención de tropas tanzanas, apoyadas por exiliados ugandeses, que determinó su caída en 1979. Idi Amin buscó refugio en Arabia Saudí, donde tuvo a su disposición dos plantas en un hotel de 1ª categoría hasta su muerte en 2003.

Durante un año se sucedieron gobiernos provisionales, hasta la elección (según todos los indicios fraudulenta) de Milton Obote, quien sería otra vez depuesto en 1985.

En 1986 las fuerzas guerrilleras dirigidas por Yoweri Museveni se hicieron con el poder. El país recuperó una estabilidad relativa, con las excepciones que veremos. Museveni, que sigue hoy como presidente, aunque controvertido dentro del país, ha introducido a ritmo pausado reformas democráticas y mejorado sustancialmente los derechos humanos, reduciendo de forma notable los abusos del ejército y de la policía.

Las reformas económicas apoyadas por Occidente dieron lugar a un sólido crecimiento en los 90, y el descubrimiento de bolsas de petróleo y gas en el O del país fomentaron la confianza en el futuro.

Sin embargo, la crisis mundial de 2008 golpeó duramente a Uganda, dada su importante dependencia de las exportaciones de café, y produjo un alza en los precios de los alimentos. Esto animó a la oposición a discutir la victoria de Museveni en 2001, produciéndose una oleada de violentas protestas.

Pero un problema mayor azotó durante años el Norte de la nación: la insurgencia feroz de uno de los más violentos movimientos radicales de todo el continente africano; el autodenominado ‘Ejército de Resistencia del Señor’ (L.R.A.), muy dado a la utilización, previo secuestro, de ‘niños-soldados’, existentes también en otras zonas de África (el mismo Museveni los utilizó en su día). Las pruebas a que son sometidos para garantizar su fidelidad son espeluznantes, y preferimos no entrar en detalles.

Durante la década de los 80 ese grupo guerrillero mató a más de 12.000 personas. El gobierno llegó a requerir la intervención del Tribunal Penal Internacional, que desde 2005 ha emitido órdenes de captura. Con retraso por cierto, pues ya en 2005/2006 se logró por fin expulsarlos del norte del país, que ha experimentado desde entonces una transformación positiva. Millares de antiguos miembros y simpatizantes han dejado el grupo y se han reintegrado con ayuda de una Comisión de Amnistía.

Los recalcitrantes huidos han sembrado el terror en países próximos o limítrofes: Centroafricana, Sudán del Sur y Congo; los EE.UU. se comprometieron en 2011 a rastrear y localizar las bases insurgentes.

En otro orden de cosas, el gobierno ugandés ha llevado a cabo la ofensiva más intensa del continente contra la enfermedad del SIDA, que llegó a afectar en los 90 a un 30% de la población. Se recomendó la abstinencia, la fidelidad y los preservativos. Tras un éxito inicial, parece que, en los últimos años, las cifras de afectados vuelven a subir, como veremos luego.

Unas palabras sobre las instituciones. El Presidente es a la vez Jefe del Estado y del Gobierno, siendo el primer ministro, designado por él, un mero auxiliar. De los 303 representantes de la Asamblea, 85 son designados por grupos de intereses, entre ellos las mujeres y el ejército.

Los partidos políticos estuvieron prohibidos hasta que en 2005 se decidió en un referéndum cancelar la prohibición y comenzar la transición hacia un sistema pluripartidista.

Las relaciones con el Congo no son buenas. Uganda participó en la guerra civil congoleña de 1998/2003, y trata de mantener su influencia en la rica región minera del E del Congo. Los ugandeses acusan por su parte a Kinshasa de no desarmar a los rebeldes que operan desde su suelo.

Algunas notas geográficas: Uganda se encuentra en el Este de África pero sin salida al mar. El mapa muestra los diferentes estados con quienes limita. Las ciudades más importantes, entre ellas la capital, se encuentran en el S.

Ya quedó indicado su principal rasgo geomorfológico: la meseta que ocupa la mayor parte del país.  Éste cuenta con numerosos lagos, algunos compartidos con naciones limítrofes: Victoria (donde nace el principal de los dos ramales del Nilo), Alberto, Kioga y Eduardo.

El clima es tropical con variantes regionales. La sabana es la formación vegetal predominante. Hay algunas zonas de selva, pero sobre todo en las zonas montañosas.

En Uganda habitan muchos grupos étnicos, ninguno de los cuales es mayoritario. El 99% de la población es de raza negra, y el 0,3%, europeos o descendientes; el restante 0,7% son asiáticos y árabes.

Se utilizan más de 40 lenguas, siendo oficiales el inglés y el buganda, hablado en el sur; también el swahili es lengua oficial, como en Kenia y Tanzania, pero pocas personas lo hablan. Todavía pesa sobre él la maldición de Idi Amin, quien lo calificó de ‘lengua de pillos y ladrones’.

El 84% son cristianos, de ellos un 41,9% católicos. Hay una minoría musulmana del 12%.

La tasa de fertilidad (6,06 hijos/mujer) es una de las más elevadas del mundo, pero la esperanza de vida es sólo de 54 años. La situación sanitaria es pésima (0,117 médicos por cada 1.000 habitantes), y persiste el problema del SIDA (6% de la población afectada, con 64.000 muertos anuales).

Cerca del 70% de los ugandeses están alfabetizados. Únicamente un 15,6% tiene carácter de población urbana.


TANZANIA


La República Unida de Tanzania es el estado federal resultante de la unión, en 1964, de dos países recién independizados, Tanganica y Zanzíbar, unión que mantuvo una amplia autonomía para el segundo.

Tanzania está situada en el Este de África, con costas al Océano Índico. Su parte continental limita al N con Kenia y al S con Mozambique.

Capital: Dodoma (desde 1974 y a efectos administrativos)
Ciudad más poblada: Dar-es-Salaam
Forma de gobierno: República presidencialista
Fecha de la unión: 26 de abril de 1964
Superficie: 948.087 Km2 (31º)
Población: 48.261.942 hab (28º)   Densidad: 51 hab/Km2
PIB/cápita: 1.600$ (199º)
Miembro de: Commonwealth, UA

Tanganica

Una mañana de marzo de 1892 una pequeña expedición conducida por el explorador alemán Otto Baumann se abría camino a través de la densa vegetación de las montañas de Tanganica. De pronto, Baumann vio a sus pies un gigantesco anfiteatro natural, cuyas paredes caían a pico en un desnivel de 750 m.

Acababa de descubrir el cráter del Ngorongoro, la mayor caldera volcánica del mundo, con un diámetro de 19 Km en su borde superior y un fondo llano de unos 260 Km2, situado a 1.170 m sobre el nivel del mar. En el fondo del cráter innumerables manadas de elefantes, cebras, gnus, antílopes y otros animales pastaban libremente, como en una reconstrucción del paraíso terrenal. Era, y continúa siendo en parte, dominio exclusivo de los animales. Sólo algunos grupos de masai han descendido a esta cuenca, donde el tiempo parece haberse detenido.

Pero el tiempo tiene también otra medida. Es en Tanganica donde se halla la garganta de Olduvai, dentro del Rift Valley, la gigantesca falla tectónica que atraviesa toda África Oriental.
Fue allí donde, en 1959, el matrimonio Leakey encontró los restos fósiles del más antiguo homínido conocido, de aproximadamente un millón y medio de años de antigüedad. Las excavaciones y hallazgos prosiguen en el lugar.

Tanganica había atraído la atención de Alemania en el último tercio del siglo XIX, cuando se aceleró la carrera colonial. Llegó a un acuerdo con Gran Bretaña para el reparto de tierras; ésta ejercería su influencia sobre Zanzíbar, mientras que Alemania se quedaría con Tanganica, cuyo interior continuaba casi inexplorado. Así nació la que se llamó África Oriental Alemana (ver entrada ‘África colonial’).

Durante la Primera Guerra Mundial fue la única de las colonias del Reich donde la lucha fue encarnizada. Las tropas coloniales alemanas mantuvieron la resistencia hasta el final de la contienda. Una vez terminada ésta, el territorio quedó ocupado por tropas británicas, belgas y portuguesas.

En 1922  la Sociedad de Naciones, fiel gestora de los intereses de los vencedores, lo adjudicó como Mandato al Reino Unido, excepto el territorio de Ruanda- Urundi al Oeste, conformado como mandato belga y la pequeña zona de Kionga al Sur, agregada al Mozambique portugués. En el momento de la descolonización, Tanganica alcanzó la independencia en diciembre de 1961, y un año después se convirtió en República.


En diciembre de 1963 también Zanzíbar fue independiente. Tras los sucesos que luego veremos, los jefes de los dos estados  acordaron en abril de 1964 la unión de ambos para crear la nueva entidad de Tanzania.


Tanzania (nos referimos a la parte continental) se ha salvado de las disputas internas que han perturbado la vida de muchos estados africanos, pero sigue siendo en la actualidad uno de los países más pobres del mundo, con la mayor parte de su población viviendo por debajo de la línea de pobreza. Sin embargo, en los últimos años ha conseguido algún éxito a la hora de cortejar a donantes e inversores.

Tiene, hoy por hoy, pocos productos exportables y un sistema agrícola primitivo. El 80% de la población se dedica a la agricultura, pero la tierra arable se reduce a un 12,25% de la superficie, proporcionando  cosechas permanentes sólo el 1,79%.

En un intento de remediar esa situación, su primer presidente, Julius Nyerere, implantó en 1967 unos principios socializantes que pretendían ser una llamada a la confianza en las propias capacidades, referidos a la creación de aldeas-cooperativas agrarias y a la nacionalización de fábricas, plantaciones, bancos y compañías privadas.

Diez años después empero, pese a la ayuda técnica del Banco Mundial y de países simpatizantes, se vio claro que el programa había fallado completamente, por causa de la ineficiencia, la corrupción, las resistencias del campesinado y la subida del precio del petróleo que era necesario importar. Las aflicciones económicas del país se vieron aumentadas por la costosa intervención militar en Uganda, a la que ya se ha hecho alusión.

Tras la dimisión de Nyerere en 1985, su sucesor intentó elevar la productividad y atraer inversiones y préstamos, desmantelando el control gubernamental de la economía, política continuada por los sucesivos presidentes, aunque a cambio de reformas fiscales dolorosas.

El gobierno unipartidista acabó en 1995, cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas habidas desde los 70. Como en los países vecinos, el Presidente de la República es también Jefe del Poder Ejecutivo.

El crecimiento anual se ha mantenido en el nivel medio de 6,7% desde 2006. Se ha elevado la cantidad extraída de oro, y el hallazgo de una bolsa de petróleo próxima a la costa es prometedor, aunque en la actualidad el problema del suministro de energía sigue siendo grave.

El turismo ha crecido, y constituye una fuente importante de ingresos; está basado en el Kilimanjaro, pero más aún en el Parque Nacional de Serengeti. Junto a él, aspecto muy negativo es la abundancia de cazadores furtivos, en busca sobre todo de marfil, que pueden amenazar en una década la pervivencia de los rebaños de elefantes.

La geografía es simple: llanuras a lo largo de la costa, una meseta central y zonas altas al S y, sobre todo, al N, donde se halla el Kilimanjaro (5.895 m), la cima más alta del continente africano. El clima es en conjunto tropical, suavizado o sustituido por el de montaña en las zonas altas.

Tanzania está flanqueada por grandes lagos: el Victoria al N, el Tanganica (2º del mundo en profundidad) al O, y el Nyasa al SO.

El 99% de la población es de raza negra, dividida en más de 130 tribus. Excluyendo Zanzíbar, los cristianos constituyen el 30%; los musulmanes, el 35%; los que siguen creencias indígenas, el 35%.

Son lenguas oficiales el swahili (que cada día se utiliza más) y el inglés (que tiende a decaer). El swahili procede precisamente de la zona costera de Tanzania: es la lengua bantú enriquecida en su vocabulario por términos arábicos e ingleses, hasta convertirse en la ‘lengua franca’ del África Oriental y Central. Ello no obsta, por supuesto, a la existencia de numerosas lenguas locales.

La esperanza de vida es de 60,76 años; la tasa de fertilidad, 5,01 hijos/mujer. Es fuerte la incidencia del SIDA, que afecta a un 5,6% de los habitantes. La alfabetización es sólo de un 67,8%.


ZANZÍBAR

En realidad se trate de un archipiélago, compuesto, además de por la isla principal, por las secundarias de Pemba y Mafia. En total, 2.650 Km2, poblados por 1.303.569 habitantes, el 99% de los cuales son musulmanes. Están situadas al NE de la costa de Tanganika, a una distancia de 25-50 Km.

Antiguo centro comercial de esclavos y especias, presentan influencias africanas, árabes, europeas e indias.

Los habitantes originarios eran bantúes, pero a partir del siglo XI cayeron las islas bajo el dominio del sultanato de Omán, que hizo de ellas un centro del comercio de esclavos africanos llegando a controlar un buen trecho de la costa de África Oriental. Hubo un intermedio portugués a partir de 1504, pero Zanzíbar no llegó a ser una pieza importante de este Imperio.

Expulsados los lusos en el siglo XVII, volvieron los omaníes, que llegaron a fijar en la isla la capital de su estado en 1832. En 1856 se convirtió en sultanato independiente gobernado por una de las ramas de la familia.

El tráfico de esclavos quedó suprimido, al menos teóricamente, en 1873 por presiones británicas, desarrollándose el cultivo y comercio de especias, principalmente nuez moscada, canela y pimienta. En esta época Zanzíbar fue también el centro de preparación de las exploraciones mediante las cuales Europa pretendía conocer el interior del Este africano, y particularmente resolver el problema geográfico de las fuentes del Nilo.


En 1890 los ingleses lo convirtieron a cañonazos en protectorado británico.


Francia mantuvo en la isla una oficina postal de 1894 a 1904.


En 1963 llegó la independencia, bajo forma monárquica, manteniéndose la dinastía de origen omaní.


Esta situación duró muy poco y acabó violentamente. En efecto, en enero de 1964 una rápida y sangrienta revolución de la mayoría bantú (se calculan 17.000 muertos) proclamó la República.


Zanzíbar llegó a ser admitido en la ONU, pero, en abril de ese mismo año 1964, el gobierno llegó a un acuerdo con el de Tanganica para formar una unión, que, como sabemos, se llamó Tanzania.


Las islas conservan una muy amplia autonomía. Tienen su Presidente, que es al mismo tiempo uno de los dos vicepresidentes tanzanos. Tienen asimismo su Asamblea y su legislación, muy influida por la Sharia islámica.

En 1995 se celebraron las primeras elecciones con varios partidos. La vida política ha sido agitada, con repetidos enfrentamientos, a menudo violentos, entre el CCM, partidario del statu quo, y el CUF, que preconiza una autonomía aún mayor e incluso la segregación. Desde julio de 2010 la situación parece haber mejorado.

Junto a las especias, el turismo es hoy la actividad más importante, pero sus beneficios no llegan a la mayor parte de la población, cuyo nivel de ingresos no alcanza 1$ por día.


CONFEDERACIÓN DEL ESTE AFRICANO

Un Tratado de 2001 abrió el camino para formar una unión aduanera en 2005 entre Kenia, Uganda y Tanzania. Ruanda y Burundi se incorporaron en 2007.

El proyecto era más ambicioso, al aspirar a alguna forma de unión política, pero, dada la situación de toda la región, poco se ha hecho.

De todos modos se han emitido sellos comunes, que coexisten con los privativos de cada país. Los primeros fueron tetranominales: Kenya- Uganda-Tanganyka-Zanzíbar.


Más tarde se pasó a los trinominales: Kenya- Uganda- Tanzania.